fbpx

Construir y amueblar su entreplanta

Loft: una solución para ahorrar espacio

Cuando el espacio deja de ser un problema, una solución inteligente, práctica e interesante puede ser crear una entreplanta, un rincón de la casa que, bien aprovechado, puede convertirse en el corazón mismo del hogar.
Así pues, si necesita una habitación adicional, un estudio en el que hacer sus gestiones o, por el contrario, un dormitorio extra, la construcción de una entreplanta le permitirá satisfacer estas necesidades sin necesidad de realizar grandes obras, o al menos realizando sólo pequeños ajustes técnicos si el techo no es demasiado alto.
Antes de seguir leyendo, es imprescindible conocer la normativa que regula la construcción de una entreplanta. Para proceder a la construcción de una entreplanta, es necesario informarse sobre ciertas condiciones que deben cumplirse.
En primer lugar, es obligatorio que la unidad del edificio tenga la altura mínima requerida, que, según la normativa de construcción, debe respetar la habitabilidad de al menos uno de los dos niveles. Esto no permitirá la construcción de una entreplanta en los pisos cuya altura interior sea igual o inferior a 3 m. Es mucho más fácil proceder en un edificio antiguo, a menudo con techos altos, o en un loft, donde un entresuelo crearía un interesante efecto de espacio abierto.


Según la normativa de construcción vigente, una entreplanta habitable sólo puede definirse como tal si pueden permanecer personas en ella. Por lo tanto, para ser clasificado de esta manera, debe permitirle caminar erguido.
Aunque esta normativa está sujeta a grandes cambios según el municipio de residencia, en general se puede decir que la altura mínima requerida es de alrededor de 430-440 cm. Antes de seguir adelante con el proyecto, es obligatorio enviar la documentación al ayuntamiento, pero debe estar certificada por una figura profesional como un arquitecto, topógrafo o ingeniero.
Incluso una vez finalizadas las obras, será imprescindible enviar nuevos documentos a la oficina municipal, más concretamente al registro de la propiedad, ya que una intervención de este tipo supondrá sin duda un aumento de la superficie y, en consecuencia, un aumento del tamaño de la casa.

Cómo hacer una entreplanta

Una vez aclarados todos los aspectos legales y los detalles burocráticos, por fin es posible entender cómo se construye una entreplanta. Esto suele hacerse de tres formas diferentes: mampostería, madera o metal, que pueden crear un ambiente más parecido al de un loft americano.


La estructura de mampostería es, sin duda, la más compleja de construir, ya que requiere grandes obras. Suele estar formado por vigas prefabricadas de hormigón armado, que son capaces de soportar el peso de toda la estructura. Precisamente por este trabajo, el coste de esta solución es, en la mayoría de los casos, superior al de las alternativas. Sin embargo, se puede ahorrar sustituyendo las vigas por vigas metálicas. El horario también es bastante desfavorable, ya que suele ser largo.
Las entreplantas de madera, en cambio, son un asunto totalmente distinto, ya que son sin duda las más cálidas, acogedoras y, sobre todo, rápidas de construir. Aunque los costes son menores y el ambiente que se crea es indudablemente agradable, la madera tiene una gran desventaja. Con el tiempo, las vibraciones pueden provocar una sensación de inestabilidad.


El último material que se puede utilizar para construir una entreplanta es el metal, perfecto para los amantes del estilo industrial y el diseño moderno. Una vez más, el coste es bastante elevado, porque aunque el precio del metal es asequible, sería muy difícil de montar, ya que requiere herramientas especiales.
En cualquier caso, sea cual sea el material elegido, un suelo elevado requiere dos elementos esenciales: una escalera y una barandilla. En cuanto a la primera, la opción más habitual es la clásica escalera lineal colocada en un lateral para no ocupar demasiado espacio. También se puede optar por un tipo más inusual, como una espiral, que es más llamativa visualmente pero también más cara.


Un elemento absolutamente esencial es la barandilla, que garantiza el nivel correcto de seguridad. Esta no puede tener menos de 90 cm de altura y debe estar soldada a la estructura de soporte. Actualmente hay varias soluciones entre las que elegir, como el acristalamiento o los tubos con rejillas metálicas.

Cómo amueblar una entreplanta

Amueblar una entreplanta no es una tarea fácil, ya que es necesario tener las ideas muy claras. En primer lugar, es importante entender el uso que se le va a dar y luego seguir el estilo del resto de la casa. Sea cual sea el uso, hay que tener en cuenta que esta habitación en particular es, por definición, una zona íntima, destinada a la relajación y que garantiza una total privacidad.
Si se va a utilizar como dormitorio, el consejo sería configurar el espacio con una cama baja, como las japonesas, dos mesitas de noche imprescindibles, un par de cuadros relajantes y una luz de ambiente. Esta mezcla de mobiliario proporcionará una experiencia única, casi como estar de vacaciones.
El mobiliario a elegir si el loft se va a utilizar como zona de descanso también se centra en la comodidad. En este sentido, las alfombras superpuestas, las piezas vintage, un colchón bajo y una librería ayudarían a hacer de la habitación algo muy personal, un espacio abierto en el que perderse en la total ociosidad.
Muchos, sin embargo, prefieren crear un estudio además de la solución anterior. En este caso, habría que distanciarse por completo del mobiliario mencionado y favorecer un estilo que permita una mayor concentración. Por ello, es muy común el uso de colores claros, que pueden dar la percepción de un aumento de volumen.

Igual de importante es la iluminación, que nunca debe faltar y, sobre todo, debe ayudarte a hacer tu trabajo.
En cualquier caso, sea cual sea el uso que se le dé a la entreplanta, el consejo más importante para amueblarla es seguir tu instinto y ser atrevido con el mobiliario. Sólo así será posible crear una zona íntima de la casa, un espacio personal en el que relajarse sin preocupaciones.